martes, 16 de octubre de 2007

Cuento: LAS RANITAS EN LA NATA. (procedente de la tradición oral)

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente; pero era inútil. Uno de ellos dijo en voz alta: “No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya sé que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo que sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril”.Dicho esto, dejo de patalear y se hundió con rapidez.La otra rana, se dijo: “¡No hay manera! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora”.Siguió pataleando, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear, la nata se convirtió en mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y, desde allí, pudo volver a casa croando alegremente.

REFLEXIÓN

Esta historia, no solo habla de dos ranas, que sin saber por qué, han llegado a un cuenco de nata; sí no que habla de la desesperación que hemos sentido todos alguna vez al no poder hacer algo que queremos; o del esfuerzo que hacemos en ocasiones, y de la satisfacción que nos produce.Está claro que todos nos identificamos con las dos ranas, pero unos se parecerán más a una que a otra. Lo cierto es, que aunque parezca mentira, todos somos las dos ranas; porque hay veces que nos dejamos abatir por la situación, pero otras veces sacamos fuerzas de donde no las tenemos y conseguimos el objetivo marcado.