domingo, 25 de mayo de 2008

¿UNA GRAN VARIEDAD DE PERIÓDICOS?

El otro día, cogí el metro de la Plaza España para desplazarme por la ciudad, y no hizo falta ni entrar a la estación para que un sin fin de repartidores de periódicos me abordaran ofreciéndome una gran variedad de prensa gratuita: el “¡QUÉ!”, el “20 minutos”, el “metro”, el “ADN”, etc.
Como nunca había cogido ninguno, decidí coger uno de cada, y no hacerles un feo a ningún repartidor.
Una vez que ya había llegado a mi casa, me dispuse a leer y a ojear, a comparar y ver si realmente me había llevado cuatro clases distintas de periódicos o si realmente había cogido el mismo pero multiplicado por cuatro.

En lo primero que me di cuenta era en la multitud de anuncios publicitarios que había. Todos estaban enfocados hacia un público joven, trabajador y con poco dinero en el bolsillo; la gran mayoría eran ofertas o pagos a plazo de coches, móviles y demás.
La segunda característica de estos periódicos eran las noticias, o más bien los titulares, ya que algunos ocupaban más espacio que el cuerpo de la noticia.
Me di cuenta que preferían sacar en portada los resultados de una encuesta ridícula, a el terremoto que se había producido en China. De esta última noticia, tan solo encontré un minúsculo párrafo en el que daban los datos del accidente; pero de la encuesta había muchísimo más texto.
La gran parte de las noticias se basaban en cosas así: que si cotilleos por aquí, que si el estreno de una nueva serie por allá. En fin, que reinaban las noticias sobre el ocio, mientras que las internacionales o incluso nacionales empobrecían.

Finalmente comprendí que este tipo de prensa sólo se puede resumir en: pocas hojas, poca información pero mucha publicidad y grandes titulares. También deduce el por qué del poco texto y las pocas páginas, creo que es, porque para este tipo de periódicos tan solo te hacen falta unas pocas paradas del metro para leerlo, es decir, unos veinte minutos (con esto también pude entender porque un periódico se llamaba “20 minutos”).

En fin, que si te quieres informar realmente de lo que pasa en el mundo te tendrás que gastar poco más de un euro; pero si quieres no aburrirte mientras estés en el metro tendrás que recoger un periódico gratuito, y fingir que lo que estás leyendo es realmente interesante.


JULIA PASCUAL PÉREZ